18/12/08

Con ojos de turista

Una de mis grandes aficiones es la fotografía, algo que descubrí en la Universidad gracias a la asignatura de fotografía. Lástima que fuera sólo semestral, ojalá hubiera durado todo un curso.

Esto me permitió descubrir un mundo nuevo, una afición nueva y una forma mágica de recordar los acontecimientos de tu vida que valen la pena.

Dentro de la fotografía, la asociada a los viajes cobra especial y vital importancia. Me encanta fotografiar las ciudades y lugares que visito y soy de los que fotografían hasta las farolas. Una vez de regreso, llevo la tarjeta a la tienda para que me las saquen en papel, porque, y en eso soy muy tradicional, me gusta tenerlas en álbumes.

Sin embargo, mi interés y atención no se limitan a ciudades y lugares ajenos, sean o no en el extranjero, sino también a mi propia ciudad, Madrid. Siempre que voy por las calles de Madrid, ya sea andando, en coche o en autobús, me gusta contemplar la ciudad. Sobre todo, me paro en los detalles de sus edificios, de sus iglesias, sus rincones.

Así pues, me encantaría (a saber qué día y cómo) reflejar con mi cámara de fotos, la arquitectura y los rincones de Madrid. Desde los rascacielos más visibles, hasta esas pequeñas iglesias que encuentras de repente a tu paso en el barrio de Salamanca, pasando por los majestuosos edificios de la calle Alcalá. Desde las panóramicas del Palacio Real y el jardín del moro desde el parque del Templo de Debod, hasta la imagen más cosmopólita de la ciudad, que para mí es la perspectiva de la calle Alcalá desde Plaza de Independencia, con la Cibeles, el edificio Metrópolis, la calle Alcalá en su caminar hacia Sol y el inicio de Gran Vía al fondo.

Lo único que lamento de todo esto es la imposibilidad de ver la ciudad desde la óptica del que la visita por primera vez, del que le es ajena esta ciudad, del turista o visitante. Siempre he deseado ver Madrid con ojos de turista. Y saben qué? que me encantaría.

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