30/10/09

Molido

Hacía tiempo que no estaba tan molido. En una época de supuestamente menos trabajo, resulta que no paro y estoy hasta arriba. Lo peor de todo es cuando ves las mesas de algunos que están vacías. Yo, en cambio, tengo notas de prensa, papeles y carpetas repartidas por dos mesas, la instalación del aire acondicionado (que no funciona) y el escáner.

Que mal repartido está el mundo. Unos tanto y otros tan poco. En fin, uno que se va a la cama. Mañana comida en un indio, Taj. Creo que es Bollywood total, qué puntazo. Pero antes a dormir. Y tú, peque, descánsame, que también lo necesitas. Yo velo por tí.

24/10/09

Otoño

He estado viendo la película "Definitivamente, quizás", una romántica con el otoñal Nueva York de fondo que tanta melancolía provoca, enterneciendo al tío más bruto y más pardo.

Desde siempre he tenido un punto melancólico. Me gustan las películas románticas y me gustan en escenarios cargados de sentimiento, de amor y de desamparo, de pasión y soledad. Me gustan los amores envueltos en abrigo y bufanda, que llueva, nieve o simplemente esté nublado, con cafés humeantes en rincones de bares con grandes ventanales donde se ve la vida pasar. En parques de árboles de hoja caduca, en portales repletos de esa misma hoja caduca empujada por el aire. Con la música de The Cranberries de fondo. Un mundo que gira a tu alrededor a ritmo vertiginoso y tu atrapado en el momento. De la sonrisa al llanto en un abrir de ojos, que para eso los días ya son mucho más cortos.

Tienes un E-Mail, Otoño en Nueva York o Definitivamente, quizás son algunas de las películas que reflejan, bien de una forma más cómica o melodramática, los amores otoñales en una ciudad, Nueva York, que anhelo conocer. Me da igual, eso sí, en otoño o en primavera. Yo ya no necesito los otoños neoyorquinos. Yo ya conozco y tengo el amor. Y es madrileño. Con todo, no he perdido un ápice de melancolía.

P.D.- No sé escribir historias de amor. Sólo vivirlas. Vaya fracaso como escritor (que aún no soy) y vaya suerte como persona.

22/10/09

Una estadística, nada más que eso

Hoy estoy un poco triste y con poca gana de nada.

Encima, estando en la cola del cajero del supermercado, al lado de mi casa, han pillado a un chaval con su bolsa bandolera llena de latas de comida que no pensaba pagar. El chico, de unos 30-32 años de edad, iba a pagar un brik de zumo y una botella de agua marca Eroski. Entonces, cuando le llegó su turno, se le acercó un empleado del supermercado y el guardia de seguridad y le instaron a que enseñara el contenido de su bolsa bandolera. Al abrirla, los encargados del súper descubrieron varias latas de comida. Dejaron marchar al chaval. La cara de los encargados era impertérrita. Parece que se han acostumbrado.

Y me da pena. Mucha pena. Ese chaval no es un ladrón. Simplemente, no tiene ingresos para comer. Y hay que comer. Y como él, habrá otros muchos. No coincidiremos con ellos en el establecimiento, mismo tiempo y lugar, pero están. Existen. Lo peor de todo es que para la sociedad chavales como el que nos atañe en este post son una estadística más. Una más dentro del baile de cifras de la crisis. Un porcentaje, nada más que eso.

17/10/09

Nuestro lugar

La verdad es que estoy súper comprometido con la felicidad de alguien muy especial, algo que me hace vivir dos vidas en vez de una. Vivo la mía y tiro de la otra, simplemente porque me importa y me va la vida en ello.

Es aquello del sentido de la vida. Es aquello de algo por lo qué luchar.

Es mi lugar en el mundo. Mejor dicho, es nuestro lugar.

11/10/09

Tristeza

Tristeza, sí. Vaya por Dios. Tristeza la que me produce la sinrazón humana y la cantidad incalculable de conocimiento, historia, arte, etc. que se ha perdido a través de los siglos por culpa de los fanatismos religiosos y políticos y la codicia. Al ver la película Ágora, he pensado en ello y me ha dado mucha pena.

Lo que daría por ver la Alejandría de hace 2.000 años.

Y qué ganas tengo de viajar a Egipto. Es uno de mis sueños.

Pero estoy triste. He visto la película triste. Casi casi prefiero ignorar a saber, porque como un día tenga una idea más o menos exacta de todo lo que se ha perdido, me da algo. Hay tantas barbaridades....

La última que ha llegado a mis oídos. La importación de vendas de momias egipcias a Estados Unidos para atender a los heridos. Venga, quién da más???

4/10/09

New York, New York

Uno de los aspectos que más me gustan de la filmografía de Woody Allen es la utilización de Nueva York como algo más que un escenario. Y me gusta especialmente el Nueva York bohemio e intelectual que nos suele regalar además algunos de sus mejores diálogos.

Me encantaría ir a un bistrot neoyorquino a comentar la última exposición del MET, a organizar plan para sábado por la noche (qué tal teatro?) y quedar para pasar una mañana de domingo en un parque y hacer un pic nic. Demasiado snob?. Para nada. Sería snob si hiciera de todo ello mi mundo en tanto mi lugar correspondiera a otro bien distinto. No es mi caso. A mí todo eso, me encanta.

Qué ganas de ir a NY.

Por cierto, mis películas favoritas de Allen son Manhattan y Misterioso Asesinato en Manhattan. Eso sí, la última, titulada Si la Cosa Funciona, es buenísima también, pero las dos anteriormente mencionadas son de 10.

Bueno, a leer. Estoy con 1434, sobre cómo el Imperio Chino de la dinastía Ming en el siglo XV influyó en Europa de tal modo que sirvió de chispa para el desarrollo del Renacimiento y acabó con siglos de oscuridad en el viejo continente, desde que cayó el Imperio Romano.

Una pequeña reflexión. La religión siempre ha impregnado las sociedades humanas desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, es reseñable como algunas culturas, como la oriental, hicieron convivir sin ningún problema la creencia religiosa con el desarrollo científico. En oriente, las gentes no eran temerosas de ninguna deidad y no perdían el tiempo en rituales, como en el cristianismo, sino que promovían la reflexión y la meditación para que cada uno encontrara su lugar en el mundo, el equilibrio y la paz con uno mismo y con todos. En la religión cristiana, la obsesión es reinterpretar la realidad, organizar una serie de rituales, pero no se ayuda realmente a que la gente encuentre su camino. Y, por supuesto, no había lugar para la reinterpretación del mundo, al menos para ninguna que no se ajustara a los cánones establecidos. Vaya que Europa perdió el tiempo unos cuantos siglos.

1/10/09

Bye, bye

Romántica despedida. Yo, agitando la mano, detrás del torno, diciendo "adiós, adiós, hasta mañana". Y el majo del guarda del metro diciéndome, "quiere pasar a despedirse, le dejo un billete y pasa". "No, no (sonriendo), ella se va a casa, la veo mañana", dije yo.

Así que resulta que hay gente sensible por estas latitudes. Qué majo el guarda. Se pensaba que se trataba de una larga despedida. Él, tan considerado, quería que yo corriera tras el vagón del tren como en las películas. Corriendo y corriendo hasta el final del andén, mientras el tren siguiera su caminar más allá de mi corazón.

Gracias a Dios, el vigilante se hizo una película, porque yo a mi peque la veo mañana y me tiene que decir qué tal me queda el polo de manga larga rojo de Desigual que me voy a comprar por la tarde.

En fin. Fue bonito mientras se imaginó.

Más feliz que un regaliz

Me encanta. Quiero uno. Quiero uno ya.
Esto es en Ferrara. El osito más feliz que un regaliz. Yo, en cambio, muerto de calor.
Me piace molto.