26/2/09

Tirar p'a alante

Nos cuesta asumir que somos vulnerables. Nos cuesta aceptar que no todo en la vida está en nuestras manos, que no todo en la vida ocurre porque nosotros lo proponemos y lo deseamos.

No podemos excrutar lo inexcrutable, no podemos adelantarnos al futuro, preparar de antemano nuestras sonrisas y preparar de antemano nuestros lamentos.

Nos inquieta un mundo tan grande, con tantos sentimientos sobre la mesa mezclados y superpuestos, los unos con los otros, los felices con los infelices, los positivos con los negativos.

No podemos intuir los sentimientos que surgen con el tiempo, ni podemos intuir las decepciones que se materializan con el tiempo, a base de primeras impresiones.

Nos aterra pensar que los sueños, sueños son y nosotros sigamos siendo tan soñadores, que no aprendamos nunca y tropecemos siempre con la misma piedra.

Puedo seguir así todo el día. Pero, ¿esto quiere decir que el mundo no está hecho para nosotros?. Lo está, claro que lo está, pero nunca será perfecto. Pero ¿esto quiere decir que no tenemos que seguir hacia adelante?. Siempre hay que seguir hacia adelante. Pero ¿esto quiere decir que tenemos que dejar de soñar? Nunca hay que dejar de soñar. NUNCA.

NUNCA.

24/2/09

Piazza Spirito Santo


Existen pequeños rincones que son amplios mundos, donde se desarrollan multitud de vidas diferentes, con multitud de avatares, bajo un mismo cielo que ha visto la historia de multitud de generaciones.

A veces uno se pregunta qué hay detrás de las vidas de esas personas que pasan a tu lado, mientras tu capuccino preside la mesa de la terraza donde has decidido descansar la mente y el cuerpo, antes de seguir añadiendo recuerdos a tu memoria, en una pequeña piazza de Florencia, donde el tiempo hace tiempo que se detuvo.

Ni los turistas son capaces de acabar con la melancolía, la paz y la tranquilidad que se respira en ese instante, en aquel lugar, lejos de tu hogar.

Ni tan siquiera escucho el ruido de mi respiración.

La fachada de Santo Spirito preside con su sobriedad la pequeña piazza. Da la bienvenida a esos realmente pocos turistas que descubren que entre el Palazzo Pitti y el Ponte Vecchio existe más mundo, más vida.

He hecho centenares de fotos. Llevo tropecientas bolsas. Y claro está, mi bolsa de viaje, que siempre llevo conmigo desde siempre, infatigable ella. Y disfruto, vaya que si disfruto....

Son estos pequeños momentos, pequeños y mágicos momentos, los que cambian por completo nuestras vidas. La mía, la cambió. Y aún saboreo aquel capuccino.

18/2/09

Con el Síndrome de Stendhal


A Stendhal, al pisar Florencia, le dio un soponcio. En frente de la iglesia de la Santa Croce, sus sentidos sufrieron una subida de tensión y se le fue la pinza.

El Síndrome de Stendhal.

He tenido la ocasión de recrearme con la belleza encantandora, pura, fina, elegante y deliciosa de la fachada de la Santa Croce. Todo ello en una maravillosa (y abarrotada) plaza, en uno de cuyos bancos degusté un espectacular helado de stracciatella. Ummmmm.

Santa Croce es una de los mejores y más bellos exponentes arquitectónicos de Florencia. En mi caso, además, el favorito. Expresiones como "ostras, qué pasada" afloran al contemplar tesoros de la magnitud de la Santa Croce.

Toda esta parrafada viene a cuento por que me compré el lunes pasado el número de marzo de la revista De Viajes. En su interior, aparece un excelente reportaje sobre una ruta por la región de Campania, al sur de Italia.

He trazado en mis sueños e imaginaciones multitud de rutas para hacer en el futuro por Italia. Tengo marcado con una X multitud de ciudades italianas para visitar. En el caso de Campania, Nápoles, el monte Vesubio y las ruinas de Pompeya y Herculano son destinos que quiero desde hace mucho tiempo visitar y a los que tengo muchas ganas de hincar el diente.

Pero Campania no es sólo Nápoles, el Vesubio, Pompeya y Herculano. Además, está la preciosa Costa Amalfitana. Dentro de esta zona, había oído hablar maravillas de Positano. Es más, la película Bajo el Sol de la Toscana nos regala algunos esbozos de la localidad. Pero lo que no sabía es que hay una maravillosa población llamada Amalfi, cuyo Duomo (catedral), consagrado a San Andrés, es absolutamente encantador y maravilloso, evocador y romántico. Ni con la ayuda de Morfeo podría soñar con un lugar semejante.

Amalfi, allá voy. Eso sí, no se cuándo. (Cuando pueda). Pero algún día te veré y, para mí, el Síndrome de Stendhal ya no se ceñirá sólo a Florencia.

14/2/09

Dedicado a ti y sólo a ti

Dedicado a ti y sólo a ti. Gracias.

YO TE DOY GRACIAS, AMOR
Yo te doy gracias, Amor,
de toda pena y tormento,
y de hoy más estoy contento de todo dolor.
Contento estoy de cuanto he podido sufrir,
Señor, en tu hermoso reino;
ya que por tu merced, sin mérito mío,
me has dado tan gran prenda,
ya que me has hecho digno
de tan bienaventurada sonrisa,
que al paraíso ha llevado mi corazón.

Yo te doy gracias, Amor.
Al paraíso mi corazón han llevado
los bellos ojos risueños,
donde yo te vi, Amor, estar escondido
con tus llamas ardientes.
¡Oh, lindos ojos lucientes
que el corazón me habéis quitado!

Yo te doy gracias, Amor.
Ya temía yo por mi vida:
Mi señora vestida de blanco
con sonrisa amorosa me socorrió
gozosa, bella y honesta:
Matizada tenía la cabeza
de rosas y alhelíes,
y sus ojos al sol vencen en su esplendor.
Yo te doy gracias, Amor.

(Angelo Poliziano)

10/2/09

En forma

Acabo de rodar 15 kilómetros, 25 minutos, lengua fuera. Y voy yo encima y me pillo al terminar un regaliz del cumple de mi prima pequeña. Los regalices de Las Rozas sientan de maravilla y más si son de mi prima, por mucho que me gane a la WII (tiene diez años...)

¿Por dónde iba?. Ah sí.....ya recuerdo.

Hacer ejercicio requiere disciplina, voluntad y hábito. Hay personas que ante tamaña perspectiva, arrojan la toalla, eso sí....sin una gota de sudor.

No soy una máquina de gimnasio. Nunca lo he sido ni lo seré. Sin embargo, las sensaciones de fortaleza, agilidad, capacidad y ánimo que te deja el ejercicio son completamente ciertas y reveladoras. Y esto en una época en la que estoy desbordado de trabajo me viene como anillo al dedo.

Más madera que gritaría Groucho Marx.

En eso estoy. Escribiendo este post, con el pelo chorreando aún de la ducha y el kiriki en el flequillo (todavía no me he peinado), me siento como si empezara el día.

Y mañana más.

7/2/09

Lord Byron

Hoy sin mucha gana de escribir, será el día.... Con Italia en la cabeza, recuerdo un ilustre invitado de este país, que es como mi segunda casa, Lord Byron (mira que palmarla tan pronto, en fin....siempre quedará el romanticismo de una muerte tan temprana, pero los mitos mueren a destiempo, es parte de su encanto).

HUBO UN TIEMPO...¿RECUERDAS?
Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
Vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera
Eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
Pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo
Llega a inundar mi espíritu agobiado,
Hoy que tu dulce voz ha despertado
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo
Palpite en mi presencia estremecido,
Me es grato recordar que no has podido
Nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño
Seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino
Que odiarme puedes; olvidarme, no.

P.D. Esta poesía la he puesto porque me gusta simplemente, pero la próxima (14F) irá dedicada a ti, la tengo pensada desde hace tiempo, Poliziano espera.

1/2/09

Disfrutando de pequeños placeres

El humo de la taza de mi té earl grey describe pequeñas y efímeras siluetas en el aire. Mis cinco sentidos están puestos en las hojas del libro que me estoy leyendo. Mi manta me sirve de refugio en una tarde gris de un día que empezó nevando y que se ha mantenido tal cual, mustia e impertérrita. Pero disfruto de mi té, de mi libro y de mi manta.

Pequeños placeres.

Durante muchos años no supe que significaba disfrutar verdaderamente de las cosas. Extraer su jugo, su esencia. Y hacerlas tuyas. Ya expliqué en un post anterior que no fue hasta los 22 años cuando abrí los ojos al mundo y lo empecé a hacer mío, cuando supe lo que era verdaderamente disfrutar de algo, cuando empecé a conocerme a mí mismo y pude perfilar mi vida, mi corazón y mi alma con las maravillas que nos ofrece el mundo.

Hoy, con una taza de té, un libro y una manta, pienso de nuevo en ese antes y después, en ese punto de inflexión de mi vida. Y me digo a mí mismo. "Menos mal que espabilaste chaval, porque te lo estabas perdiendo todo. absolutamente todo".

De verdad, me gusta mucho vivir. Y lo mejor es que aún me queda tanto y tanto por conocer.