13/5/09

El alma de un chico de 16 años

Hay canciones, paisajes, lugares, etc que nos evocan emociones y nos traen recuerdos. De alguna manera nos envuelven, crean un halo del que no podemos escapar porque llegan a emociones muy profundas que, por muy ocultas que estén, el corazón no tarda en encontrar.

Pueden ser emociones positivas o pueden ser negativas.

Yo nunca he sido de grupos, sino más bien de canciones. No obstante, hay algunos grupos que de alguna manera han dejado huella en mí y, al escucharlos, traen el eco de situaciones pasadas. Bon Jovi fue uno de los grupos que más me acompañaron cuando fui adolescente.

Hay canciones que me tocaron el alma. El alma de un chico de 16 años es fráncamente débil. Entiende que el amor es eso, amor. No alcanza a ver lo que hay detrás (Ya tendrá tiempo de conocerlo). Esa era mi alma, la de Always en el momento de la ilusión inicial, la de It's hard letting you go en la decepción final.

Escuché el otro día de casualidad esa última canción y me ha traído mogollón de recuerdos. Recuerdo ir al colegio con el discman y metiéndome caña con esa canción. Parece que fue ayer.

Hoy la he vuelto a escuchar de forma íntima. Y joder, he vuelto a llorar.





Prometo escuchar algo más alegre mañana.

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