24/4/09

Mi vida

Me siento increíblemente agotado. No solo mental, sino también físicamente. El cansancio físico es cosa de hoy, pero son pocos los días en que me puedo encontrar así. Hoy es uno de ellos. Me duele todo, brazos, hombros, espalda, piernas, TODO.

Tener una vida lo más completa posible, lo más rica, incluye una buena ración de responsabilidad, obligaciones por doquier y una exigencia mental enorme. No me quejo. En absoluto. Sin embargo, a veces los días son cuestas muy empinadas y las piernas no responden como deberían.

Este es mi principal reto en la vida. Son cosas que me importan, así que no puedo renunciar a ellas. Yo no puedo ser independiente, porque mi felicidad y mi bienestar dependen de otras personas, de transmitir, amar y acompañar a mi gente. Y todo ello compaginado con el trabajo y mis aficiones. Si viviera alejado de todo y de todos, My way que cantaría Sinatra, me perdería gran parte de las emociones para las cuales sólo hay una vida, una, para sentirlas. Y no quiero perderme nada. Quiero una vida rica y completa. No se trata de mí únicamente, sino también de los demás, de mi pareja, de mis amigos, de mi familia. Hay todo un grupo de personas a mi alrededor que son en gran parte responsables de lo que soy y de lo que siento. Y esas personas son las que me ubican en el mundo.

Sobre la familia, a veces uno puede pensar que el nivel de exigencia es menor. Total, la tenemos ahí siempre, no?. Pero esto no es así. Al menos yo lo veo de otra manera, probablemente porque he mamado una familia muy unida y grande, que forman una piña y me han enseñado grandes valores familiares, que, por supuesto, he asimilado. Y esto en mi caso, hijo de padres divorciados, con un padre que está fuera de mi vida desde hace siete años, cobra más importancia si cabe.

La pareja es esa pieza del puzzle, del rompecabezas, que hace que nuestra vida cobre sentido. Es el paisaje de fondo que ambienta nuestro retrato, es el sol que acompaña nuestros días. Es esa parte de nuestra alma que nace fuera de nuestro espíritu y que anhelamos a lo largo de nuestras vidas encontrar para poder completarnos. Siempre he pecado de exceso de romanticismo. Tal vez me empapé de demasiadas comedias románticas de Meg Ryan. Tal vez por eso mi primera cita fue para ver Titanic (con una chica que me dejo luego hundido, juas vaya tú qué casualidad). Pero soy así. Idealizo el amor como sólo los poetas saben hacer, pero mis poesías quedaron recluidas en mis carpetas del colegio forradas con fotos de Meg Ryan. Ahora no necesito poesías, porque sé decir te quiero. Y con te quiero las rimas salen solas, las emociones afloran solas. Dos palabras, un torrente de emociones.

Los amigos para mí siempre han sido (o ese es mi deseo) un libro abierto de los cuales poder aprender. Quiero que me sugieran libros, viajes, restaurantes. Quiero que me ayuden a ser más completo si cabe, a seguir progresando como persona. Y, al mismo tiempo, ayudarles a crecer también a ellos. Siempre he sido muy selectivo con los amigos, no escojo a cualquier persona. Tienen que tener algo que me llame la atención, que me motive. Y siempre tendré buenas palabras para ellos. Sé que cada uno puede aportarme de distinta manera y yo aportarles de otra. Y da igual que sean amigos de siempre o nuevas incorporaciones, pero que me aporten y yo poder aportarles (aportarlas más bien, casi todos son amigas).

El trabajo es algo bien distinto, aunque trabajo en aquello en lo que tengo vocación. Sin embargo, yo trabajo para vivir, no vivo para trabajar. Gracias a Dios, mi trabajo me permite conciliar muy bien mi vida personal, pero es evidente que es una gran fuente de responsabilidad, exigencias y obligaciones. Al fin y al cabo, hay que trabajar, no queda otra en esta vida. Nos pasamos y nos pasaremos toda una vida trabajando y esta es una mochila con la que hay que cargar durante gran, gran parte del camino. Mi trabajo tiene sus cosas buenas y malas, a veces pesa mucho y otras veces es muy ligera. Pero son 11 mesecitos al año dale que te pego....

En resúmen. Me importa todo demasiado. Pero me encanta lo que tengo en mi vida. Eso sí, algún día tengo derecho también a sentirme agotado. Hoy es viernes, dormiré como un lirón y mañana será otro día, pero hoy me siento realmente agotado.

No hay comentarios: