24/1/10

Lágrimas

Los hombres más que llorar, solemos quejarnos, pero de vez en cuando alguna lagrimilla se nos escapa. Esto viene a cuento porque al ver el prólogo de la película UP me emocioné. Es muy triste, no hay diálogos, sólo notas a un piano. Música que coge fuste o pierde fuelle en el esplendor y en la decadencia de la vida del entrañable protagonista. Entre nota y nota, tecla y tecla el suspiro de la vida se escapa. Y el espectador, éste que escribe, se emociona.

Recuerdo que de pequeño me leí la biografía de Richard Wagner y lloré en la última página, cuando muere. Recuerdo lágrimas con la película En busca del valle encantando, una de dinosaurios pequeñajos....

En la adolescencia, ya saben...Titanic y esas cosas.

En este proceso mío que me lleva de la juventud a la edad adulta, me enternece un entrañable abuelito cuyo máximo sueño era contemplar la selva y las cascadas de Sudamérica y vivir grandes aventuras. Su vida al final no fue un cúmulo de fotos de grandes viajes, sino de momentos cotidianos al lado de su amor. Dejó la selva a un lado, para sentarse a leer al lado de su amor. El instante de emoción fugaz por la plenitud de una vida llena de amor.

Y a uno que se le humedecen los ojos.....

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