18/1/09

Érase una vez

Érase una vez......

Un muchacho que ya de crío sintió la llamada de las letras, letras que rebosaban la mesilla de noche azul a juego con el resto del mobiliario de su dormitorio y que forman parte del escaso álbum familiar de su niñez allá en Asturias.

Ese mismo muchacho comenzó a leer novelas con diez años, best sellers de John Grisham o Michael Crichton para empezar. También una biografía de Richard Wagner, de la que solamente recuerda las lágrimas que derramó cuando la tinta de las últimas páginas esbozó el momento de su muerte (la del compositor).

A esa misma edad, su curiosidad llegó a los periódicos y a las revistas. La lectura diaria del periódico pasó a formar parte de su día a día. Además, las revistas se empezaron a amontonar en su dormitorio. La más longeva, Fotogramas. Su número de abril de 1994, es decir, cuando el muchacho contaba con 13 años recién cumplidos, fue el primero de un sinfín de ejemplares que abarrotan hoy en día las cajoneras de la antigua habitación de su hermano.

En la actualidad, la pasión del muchacho por la lectura continúa intacta. Es más, al hacerse mayor y empezar a trabajar, su nómina le ha proporcionado muchas más visitas a la librería que saldan con una sonrisa, una bolsa de plástico y la frase "otro más..".

Pero he aquí que este muchacho cautivado por las imágenes, personajes, vivencias y sueños que le proporcionan sus queridos libros, siempre demostró una incomprensible desidia a la hora de escribir, cuando es algo que le encanta y se le da discretamente bien.

Pues bien.....ya es hora de que me ponga a escribir de una vez, no?. No tengo perdón de Dios.

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