10/7/09

Tras las vacaciones, toca faena

Una vez que están claros los pilares sobre los que se sustenta mi vida es hora de mejorar ésta. Los cimientos están puestos, ahora toca hacer algo de lo que pueda realmente estar satisfecho y enorgullecerme.

Ya he comentado alguna vez que siempre he pecado de priorizar mis ambiciones, concentrándome de tal manera en mi situación personal, que olvidaba por completo mi futuro profesional. Probablemente, hubiera hecho algún máster en relaciones internacionales y hubiera acabado en Bruselas, siguiendo el día a día de las instituciones comunitarias y labrándome un futuro en el que hubiera acabado de invitado en los debates de Buruaga y 59 Segundos.

No ha sido así. Lo lamento hasta cierto punto, pero como siempre obro con el corazón es difícil que me sienta arrepentido. No obstante, nada está perdido y aún estoy a tiempo de seguir un camino profesional del que me sienta satisfecho. Eso sí, me pondré a ello en septiembre, ahora toca vacaciones y lo primero es lo primero. Unos días a Asturias para ver a la familia e ir a la playa y luego perderme por la Emilia Romagna.

Italia,....oh! Italia. Cada vez que pienso en ese país me sale una sonrisa, un suspiro, un recuerdo bonito y un sueño inspirador.

Una vez de vuelta en los madriles, tocará volver al trabajo, pero sobre todo ponerme manos a la obra. Me gustaría seguir mi carrera por el periodismo de viajes, quiero aprender italiano y mi sueño de escribir un libro está ahí, siempre ahí, es una sombra (aún no alargada, pero a este ritmo....). El caso es que siempre he querido empezar por un cuento infantil y pasar de ahí a una novela. Me conformo con escribir una, eso sí, que rinda homenaje y pleitesía a mis grandes pasiones, pues ¿qué escritor no escribe realmente para sí?.

Toda novela (y por extensión un ensayo, una poesía o una obra teatral) es una excusa para ordenar, plasmar, potenciar, embellecer, situar y enriquecer tus grandes pasiones, amores, vivencias. Y no sólo las novelas. A mí me encanta por ejemplo la fotografía, pero ésta no es más que una excusa para hacer de mi gran pasión por viajar algo más completo y, sobre todo, más duradero. Las fotografías son una extensión de mis viajes. Un libro debe ser una extensión de mi corazón, porque las letras siempre perduran. Y si no que se lo digan a Shakespeare, Bécquer, Lorca, Machado o Wilde.

No hay comentarios: