14/7/09

Cuando el cuento chino dejo de serlo

El autobús nº 27 baja a toda pastilla por el Paseo de la Castellana. Mi walkman, comprimido en la mochila, reproduce todo lo habido y por haber de Bon Jovi. Se inicia una nueva canción.
"Sitting here wasted and wounded at this old piano
tryin' hard to capture the moment this morning I don't know...."

Mi mirada se pierde en el horizonte urbano de una ciudad que, impertérrita, asiste a un profundo sentimiento de desamor, sueños soñados e irrealizados y búsqueda de motivos para creer y mantener la esperanza en algo sumido en el pesimismo y la desesperanza más amarga.

El primer amor no es el de la foto de Meg Ryan que preside mi carpeta. No son sus mechones rubios ni su sonrisa pícara, fresca y natural lo que mi corazón idolatra. Mi carpeta guarda poesías carne de cubo de basura. Y me preocupa la apariencia de mis ojos, pues mis oídos no quieren oír preguntas dolorosas, ni tengo gana alguna de que mi boca suelte prenda de algo que pretendo ocultar para el resto de mis días en el fondo más profundo de mi corazón.

El mundo se acaba, excepto para mis amigos, que quitan hierro al asunto con el simple razonamiento de que hay más chicas. La lógica sin embargo impera. Absurdo tópico y cuánta razón tiene. Eso sí, nadie puede ver el futuro antes de que éste suceda, por lo que esas frases te suenan en ese momento a cuento chino e, incluso, te repatea escucharlas (qué sabran ellos como me siento).

Pasados los años, el cuento chino se convirtió en historia de amor. De esas románticas, idílicas, presididas por un sentimiento infinito que rodea a dos personas que se encuentran por casualidad ( y con paradoja, pero para los detalles, las sobremesas y en confianza e intimidad total, que soy muy tímido leches). Ojo, esta no es una historia que haría las delicias de Corín Tellado. Quita, quita. Pero es bonita jolín y, sobre todo, auténtica.

Ahora las baladas de Bon Jovi son recuerdos, ya no llevo carpetas porque ya no tengo que escribir versos para expresar lo inconfesable, mis amigos no me llenan la cabeza de topicazos y mis ojos.......Mis ojos, como buen espejo del alma que son, me retratan. Sí, soy feliz.

Gracias a ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me alegra saber que soy partícipe de esa alegria, pero es mútua y hay tanta tanta felicidad en mi corazon. eres maravilloso. tk. kk