22/10/09

Una estadística, nada más que eso

Hoy estoy un poco triste y con poca gana de nada.

Encima, estando en la cola del cajero del supermercado, al lado de mi casa, han pillado a un chaval con su bolsa bandolera llena de latas de comida que no pensaba pagar. El chico, de unos 30-32 años de edad, iba a pagar un brik de zumo y una botella de agua marca Eroski. Entonces, cuando le llegó su turno, se le acercó un empleado del supermercado y el guardia de seguridad y le instaron a que enseñara el contenido de su bolsa bandolera. Al abrirla, los encargados del súper descubrieron varias latas de comida. Dejaron marchar al chaval. La cara de los encargados era impertérrita. Parece que se han acostumbrado.

Y me da pena. Mucha pena. Ese chaval no es un ladrón. Simplemente, no tiene ingresos para comer. Y hay que comer. Y como él, habrá otros muchos. No coincidiremos con ellos en el establecimiento, mismo tiempo y lugar, pero están. Existen. Lo peor de todo es que para la sociedad chavales como el que nos atañe en este post son una estadística más. Una más dentro del baile de cifras de la crisis. Un porcentaje, nada más que eso.

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