18/2/09

Con el Síndrome de Stendhal


A Stendhal, al pisar Florencia, le dio un soponcio. En frente de la iglesia de la Santa Croce, sus sentidos sufrieron una subida de tensión y se le fue la pinza.

El Síndrome de Stendhal.

He tenido la ocasión de recrearme con la belleza encantandora, pura, fina, elegante y deliciosa de la fachada de la Santa Croce. Todo ello en una maravillosa (y abarrotada) plaza, en uno de cuyos bancos degusté un espectacular helado de stracciatella. Ummmmm.

Santa Croce es una de los mejores y más bellos exponentes arquitectónicos de Florencia. En mi caso, además, el favorito. Expresiones como "ostras, qué pasada" afloran al contemplar tesoros de la magnitud de la Santa Croce.

Toda esta parrafada viene a cuento por que me compré el lunes pasado el número de marzo de la revista De Viajes. En su interior, aparece un excelente reportaje sobre una ruta por la región de Campania, al sur de Italia.

He trazado en mis sueños e imaginaciones multitud de rutas para hacer en el futuro por Italia. Tengo marcado con una X multitud de ciudades italianas para visitar. En el caso de Campania, Nápoles, el monte Vesubio y las ruinas de Pompeya y Herculano son destinos que quiero desde hace mucho tiempo visitar y a los que tengo muchas ganas de hincar el diente.

Pero Campania no es sólo Nápoles, el Vesubio, Pompeya y Herculano. Además, está la preciosa Costa Amalfitana. Dentro de esta zona, había oído hablar maravillas de Positano. Es más, la película Bajo el Sol de la Toscana nos regala algunos esbozos de la localidad. Pero lo que no sabía es que hay una maravillosa población llamada Amalfi, cuyo Duomo (catedral), consagrado a San Andrés, es absolutamente encantador y maravilloso, evocador y romántico. Ni con la ayuda de Morfeo podría soñar con un lugar semejante.

Amalfi, allá voy. Eso sí, no se cuándo. (Cuando pueda). Pero algún día te veré y, para mí, el Síndrome de Stendhal ya no se ceñirá sólo a Florencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me pido ir contigo, joooooo. kk