6/12/09

De repente, la Navidad

Tengo tantas cosas en la cabeza y tanto lío sobre la mesa que no me doy cuenta ni de que ya llegan las Navidades. El martes pondré el árbol por cierto. Pero es extraña esa sensación de sopetón, las cosas ya no vienen, te las encuentras de repente más bien. Esto es lo que pasa cuando empiezas a trabajar, cómo cambia el paso del tiempo.

Aún no me he imbuido del espíritu navideño, espero hacerlo en próximos días, pero mi cabeza tiene otras (y muchas) cosas en que pensar. Lo cierto es que desde finales de septiembre, cuando falleció mi abuelo, han sucedido muchas cosas. Tengo la sensación de que se avecinan cambios, cambios para bien pero que llevarán un proceso duro y trabajoso.

De momento, estoy a la expectativa. Siempre digo que hay que dejar fluir las cosas, no adelantarse a los acontecimientos. El problema es que este año me está costando meterme en las fiestas, cuando es una época que me encanta, porque mis cinco sentidos están en otra cosa mariposa.

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