7/6/09

Me sacan de mis casillas

No me creo más que nadie, pero me considero auténtico y no soy vulgar. Soy auténtico porque hago las cosas que me gustan, me llenan y verdaderamente me interesan. No soy vulgar porque tengo una educación (gracias mamá) y soy civilizado.

Digo todo esto por dos razones. En primer lugar, las ferias. Dícese de la Feria del Libro y de FITUR que son las únicas a las que acudo, porque son aquellas que me interesan, nada más y nada menos. Sin embargo, hay gente asidua a todas las ferias, ya sean de libros, viajes, arte, cosmonáutica, automoción, comida o lo que sea. Les da igual el qué, simplemente van. Van a coger folletos o hacer fotos a los famosos. ¿De verdad les interesa más hacer una fotografía con el móvil a Boris Izaguirre que echar un vistazo a los libros que llenan los stands de los feriantes?.

A qué va la gente?. De qué va la gente?. Qué interés real tienen en la lectura?.

Esto también lo vivo en FITUR. Mejor dicho, vivía. Me agobia esta feria (por lo menos la del libro es al aire libre) y total para coger ideas y organizarme un viaje ya me compro mis revistas de viajes y está internet. No obstante, a veces no está mal ir allí pues puedes sacar cosas de provecho. Sin embargo, acudir a FITUR es hacer un eslalom continuo e ir a lo que me interesa, que me agobio, me cabreo y me cago en la madre que los parió. Allí están tan felices ellos, con sus folletos de Punta Cana, el Punjab y Matalascañas, para qué me preguntaré...Simplemente van a echar el día, como el que va al parque, al zoo, al centro comercial o al fútbol.

Probablemente ellos no tengan la culpa, pero pido un poquito de autenticidad, un poquito de sentido común. Si no te interesa la lectura, para qué vas a una feria de libros melón....?

Y no sólo el público. También tienen tela los famosos que les dan el arrebato literario y se ponen a escribir. Tipo Darek, por ejemplo. Ahí está al tío, me lío con la Obregón, voy al gimnasio un par de horas diarias y a firmar ejemplares de aquello que sea lo que haya hecho con tapas y páginas numeradas. Y yo con estos pelos.

Lo de la gente vulgar lo decía porque volviendo a mi casa después de ejercer mi derecho al voto y acudir a las urnas, algún imbécil no se le ocurrió otra cosa que, desde su piso, en la planta que fuera, nada más jalarse unas natillas, cogió y las tiró por la ventana porque él (o ella) lo vale. El envase de Danet rozó mi cabeza y la de mi madre y fue a parar a la calle. De verdad, me quedo sin palabras.....

En fin, mañana será otro día. Incluso para el imbécil de las natillas.

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